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Obra de Jorge Ocampos |
El tercer domingo de junio en
Paraguay se homenajea a los padres. La paternidad responsable y consciente es
fundamental para una crianza fundada en el amor, la responsabilidad, el respeto
y la educación. Lastimosamente, en Paraguay no podemos ignorar la otra cara de
la moneda: una histórica irresponsabilidad paterna.
Conforme datos disponibles, cerca
del 40% de las mujeres que paren son madres
solteras o declararon no estar acompañadas en el proceso de parto por el padre
gestante [1].
De la misma manera, solo en el 2015 se iniciaron al menos 7.400 solicitudes de
juicios de asistencia alimenticia, según datos estadísticos de la Corte Suprema
de Justicia, y existían más de 120.000 juicios abiertos, siendo el segundo recurso judicial más solicitado en
el país [2].
La cantidad de madres que inician estos procesos es significativamente mayor a
la de padres, lo cual demuestra que son más las mujeres que asumen solas los
roles de cuidado de sus hijos e hijas. Respecto a la dedicación en tiempo, las
mujeres dedican un promedio de 12,9 horas semanales al cuidado de miembros del
hogar, mientras que los hombres dedican un 7,5 de horas semanales.
Estos datos ponen de relieve un largo
historial de naturalización de la irresponsabilidad paterna en el cumplimiento
de sus funciones, naturalización que es urgente desenterrar y desarmar, puesto
que la misma afecta a niños y niñas en su desarrollo armónico e integral, pero
también amplía las brechas de género con relación a las mujeres y las
sobrecargas de las madres en términos de tiempo, así como en cuestiones
económicas y también sicológicas y sociales. Ejemplo de ello se da en el ámbito
laboral, donde la distribución poco equitativa de los permisos por maternidad y
paternidad son claves a la hora de comprender uno de los factores del por qué
la desigualdad salarial y el acceso inferior de las mujeres a trabajos
remunerados. Muchas empresas y patronales utilizan este argumento para no
contratar o subcontratar mujeres. Si existieran licencias más equilibradas, no
sólo el trabajo de cuidado del niño o niña estaría mejor distribuido entre
ambos progenitores, sino que no afectaría de manera tan patente a la autonomía
económica de las mujeres.
Es claro que estamos viviendo una
transformación de paradigmas. En Paraguay también se siente, en especial en las
generaciones más jóvenes. Padres que ya no se consideran ayudantes secundarios
de las madres y que toman una parte mucho más activa no sólo en la crianza y cuidado
de los hijos, sino en las tareas del hogar en general. Es clave avanzar en una
concepción donde el deber paterno sea igual de importante que el materno, y el
abandono o la desidia pasen a ser objeto de crítica social y ya no de
indiferencia o normalización.
Redacción: Julieta Gamarra - Sumamos Mujeres
[1] Cátedra
y Servicio de Gineco-Obstetricia del Hospital de Clínicas, disponible en https://www.lanacion.com.py/pais/2020/05/19/paternidad-irresponsable-el-40-de-las-embarazadas-en-clinicas-da-a-luz-sola/
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